El barquillo calentado en moldes recibía en otro tiempo la figura convexa o de barco (de donde procede su nombre) y hoy suele tomar la de canuto más ancho por uno de sus extremos que por el otro.[1]
Historia
Las obleas finas tienen una larga historia. Ya a comienzos del Cristianismo se utilizaban como pan sagrado. Las obleas eran elaboradas en los monasterios en donde se degustaba antes de venderlo a los fieles y, probablemente, su evolución a dulce gastronómico se deba al refinamiento de los religiosos. En la Edad Media estaban muy extendidos y formaban parte de las mesas de los reyes y de los grandes señores y también se vendían por la calle.Los barquillos fueron elaborados por panaderos hasta que surgió la figura del especialista barquillero u obleero que confeccionaba la pasta y daba forma a la oblea.[2]
No hay comentarios:
Publicar un comentario